¡Feliz Cumpleaños!
“Sucede que cada vez que pierdo un perro, se lleva un pedazo de corazón con el. Y cada perro que entra en mi vida me regala un trozo del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegare a ser tan generoso y bueno como lo son ellos”
Cuatro años.
No sé si 'han pasado volando', como se suele decir.
Hemos tenido nuestros altos y bajos. Pero a pesar de todo, sinceramente, se han pasado volando.
Entre broncas y enfermedades, entre pastillas y cirugías, han pasado cuatro años como quién dice dos días.
Y es que hoy, Psico, hace ya cuatro años que estás en este mundo, dispuesto a comerte todo lo que se te cruce por el camino, y a hacerte amigo de toda persona que veas.
Hoy, hace cuatro años ya, que fuiste uno entre nueve cachorros en un pueblo de Ciudad Real.
Reconozco, que al principio no quise acogerte. Hasta que te dejé en aquella caja de cartón en nuestra cocina, y empezaste a llorar.
Reconozco, que al principio fui dura contigo, y no reconocí que podías ser bueno. Hasta que empezaste a arquear las cejas cómo sólo tu sabes.
Cuando me mordías la ropa, te subías a mi cama, cuando ladrabas sin motivo ni sentido. Cuando me mordías cuando te enfadabas, cuando cazabas las mochilas de los niños.
Cuando esperaba que fueras como Zam, hasta que vi, que nunca podría educarte como a él, porque los perros son como las personas, cada uno tiene su carácter, y creo que no deberíamos reprimírlo, aunque sí controlarlo.
Reconozco, que al principio me agotabas, me agobiabas, me enfadabas. Hasta que vi que la que hacía más cosas mal que bien era yo, no tú. Pero como ya dicen: 'errar es de humanos... perdonar es de perros...'
Reconozco que me frustro, cuando me quedo impotente ante las cosas que te pasan, porque desde los seis meses decidiste no tener enfermedades fáciles.
Reconozco, que a veces pienso que me has enseñado tú a mi, más que yo a ti. Y me alegro por ello.
Reconozco, que te reviso más de lo que debería, pero no lo siento. =) Porque una vez más me ayudas a aprender, y me dejas cometer cientos de errores.
Reconozco, que me cuesta estar sin ti, porque aunque me queje constantemente, eres el resultado de cuatro años de la mejor amistad que he tenido.
Esos ojos de miel, dulce y pegajosa como a ti te gusta ser.
Tan revitalizante como un 'chute' de vitamina.
Los yogures después de comer, los paseos campo a través porque los caminos hechos son aburridos, la mirada a primera hora de la mañana que te pide de comer, las visitas a la cama cuando te cansas de descansar. La bienvenida a cada día, a cada salida de casa, a cada vuelta de viaje.
El que no se cansa nunca, el que no entiende de dolor, el que nunca hace caso, el que no se llena nunca, el que siempre está feliz.
El que nunca te deja solo.
Cuatro años ya.
Y entre cojera y cojera, iremos saltando a través de los que nos quedan.
Porque algo tengo por seguro, que este perro nunca se rinde, y que sonríe, sólo por vernos cada mañana.
A veces dicen que exagero, que me ocupo demasiado del perro.
Seguramente estén en lo cierto, pero también dicen que debes hacer las cosas que te hacen feliz, y si por algo me dedico a la veterinaria, es porque los animales me ayudan a serlo, y tú, formas parte de esa pizca de felicidad diaria. Como dijo Roger Caras 'los perros no son toda tu vida, pero la hacen más completa'.
Gracias, por perdonarme siempre.
Gracias, por quererme siempre.
Gracias, por estos cuatro años.
Y por mucho que me digan...creo que esta foto es la que mejor refleja quién y como eres.
Para terminar, cómo le gusta decir a mi padre:
'...Cuanta más gente conozco... más quiero a mi perro....'
-No hay mejor psiquiatra en la tierra que un perro lamiéndote la cara.-
Ben Williams
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