Un Perro Feliz

No es difícil hacerles felices.

Hoy he visto este vídeo, y no he podido evitar ver a mi propio perro en esa situación.
Una simple fuente.
Una simple pelota.
Un simple palo, sin importar su tamaño.
Una botella de plástico.

Muchas veces miro a mi perro y le pregunto a él, o a la persona que esté a mi lado, si creen que él es feliz.
Me basta mirarle, para saber que lo es. Y que nunca sabré si en otra familia sería más feliz, pero puedo asegurar que aquí con nosotros lo es más que suficiente.

Cualquier cosa sirve para ellos.
Recuerdo el día en que mi ahijado le regaló a mi perro un pingüino de juguete. Hasta ese momento, el perro siempre rompía TODOS sus juguetes. Estaba en esa época destructiva que POCO a POCO vamos superando.
Ese fue el primero juguete que no rompió.
Debió de gustarle más que otros. O lo vio más frágil y decidió no romperlo. Por un motivo u otro, este juguete sigue a día de hoy en nuestra casa, y jugar con 'pingu' es un ejercicio que practicamos a diario.



Os dejo el vídeo que me demuestra que todos los animales tendrían que tener derecho a ser felices. Porque si no lo son, seguramente tengamos algo de culpa nosotros. 
(Con esto no digo que los seres humanos no tengan el mismo derecho a serlo, pero puesto que muchos animales dependen de nosotros, como los animales de compañía, su felicidad depende de nosotros.)

Nuestra simple presencia...les hace felices.


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