Efectos del calor

Cuando se acerca el buen tiempo, no sólo se acercan las lluvias de abril, si no que también el calor del verano.
Nos gusta la primavera en España, porque suele ser bastante calurosa. Nos gusta ese cambio el abrigo y la bufanda, tapados hasta la punta de la nariz, para pasar a llevar sandalias y pantalones cortos.
Pero ese calor a veces llega demasiado rápido. Demasiado esporádico incluso a veces.

Si a nosotros nos provoca dolor de cabeza y cansancio, nuestras mascotas a veces creen que están al borde de un ataque de desesperación:
pérdida de pelo, calor, menos paseos o a veces muchos más paseos, frío y lluvias, calor, pérdida de pelo...
Los cambios de estación se notan, y ellos lo notan más.

Nuestras mascotas también deben de adaptarse a la época estival, y está en nuestras manos ayudarles a que este paso sea más fácil.
Nos asustamos cuando vemos que come menos, o a veces nada, y que incluso vomita de vez en cuando. Esto se debe a que algunos animales, al igual que nosotros, con el calor pierden el apetito. En verano no comes lo mismo que en invierno, porque tu cuerpo no necesita el mismo aporte energético, ya que no tiene que combatir contra el frío. Por lo tanto, no come, le sacamos de paseo, se cansa más porque está más débil y porque hace calor, y nada más llegar a casa le espera su cuenco de agua fresquita, limpia y reluciente, llamándole para calmar esa sed y ese calor. El ansia con el que beben a la vuelta de algunos paseos puede provocarles el vómito minutos después.

Es preferible intentar que su alimento no esté disponible para ellos todo el día, porque aparte de disminuir aún más su alimento por verlo y olerlo, se puede recalentar y estropear (esto último es más frecuente en alimento de lata o comida casera). Mejor ofrecerles comida en las horas menos calurosas, como por las mañanas o por las noches, y siempre en menor dósis que de costumbre.
Y respecto al agua, es MUY importante que SIEMPRE tengan agua disponible y siempre esté limpia y fresca.

Aunque parezca que las palabras 'estrés' y 'verano' son incompatibles, para nuestras mascotas es un significado muy unido. Con el verano comenzamos a irnos de viaje, y o bien nos llevamos a nuestros compañeros con nosotros, lo cual les genera cierto estrés porque es un cambio y se trata de animales de rutina, o bien porque no nos les llevamos y se quedan solos, en un lugar que no es el suyo o en una casa con menos gente de la habitual.
Por lo tanto debemos intentar que nuestras mascotas se estresen lo menos posible.
Si se marea en el coche, tal vez dar paseos en coche antes del viaje de verano.
Si se estresa al ver maletas, tal vez sacarlas antes y moverlas, llenarlas, vaciarlas semanas antes, para que no las asocie a un viaje.
Si no va de viaje y se queda solo en casa (en el caso de los gatos), que la persona que se vaya a encargar de su cuidado vaya unas semanas antes para que se acostumbre, y cuando vaya, vaya siempre a las mismas horas para que continúe con una rutina. Si se va a quedar en casa de alguien, hacer visitas regulares antes del viaje, para que no le parezca extraño ni raro quedarse ahí...

Hay muchas formas de disminuir el grado de estrés de nuestras mascotas. Si nosotros disfrutamos del buen tiempo y de las vacaciones, dejemos que ellos también.

Si tu mascota es de pelo largo, puedes incluso cortarle el pelo a un 'corte de verano', cómo dicen los profesionales en la materia, para que vayan más ligeros.

Que haga calor no significa que el animal no deba salir, en el caso de los perros principalmente.
Van a tener las mismas necesidades. Por lo tanto, vas a tener que establecer una nueva rutina para que tu compañer@ siga disfrutando de sus paseos, sin que sea un suplicio ni para ti no para ellos.
Programa las salidas a horas en las que el Sol no 'pegue' demasiado. El calor no sólo viene por el Sol, el asfalto en las ciudades puede llegar a estar a más de 50º, por lo tanto, si tu tienes calor, ellos a veces se queman, literalmente. No saques a tu perro a las dos de la tarde, antes de comer, porque puedes causarle graves quemaduras en las almohadillas, a parte de un golpe de calor.

Por último queda recordar, que NO se puede dejar a un perro en un coche.El interior del vehículo llega hasta los 50º  también. No es tan difícil que un animal muera por calor.

Asegúrate de que tiene agua fresca siempre. Llévate una botella de agua durante los paseos.
Y sobretodo NO abuses de los paseos en horas de calor, pero tampoco dejes de sacarle porque haga calor.

Respecto a los gatos, en verano es mejor dejarle varios cuencos de agua, y en las horas que no vayas a estar en casa, dejarles acceso a una habitación con un grifo. Los gatos tienen mucho instinto de supervivencia, saben aprovechar las gotas que caen de un lavabo, incluso del interior de un retrete...




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