'Llevarse como el perro y el gato'

¿Mito o realidad?

¿Es cierto que los perros y los gatos se llevan mal por naturaleza?

Perros y gatos son dos especies distintas. Motivo por el cual tienen un carácter y un tipo de naturaleza muy distintos.

El perro, o la mayoría de ellos, son por naturaleza animales sociables, viven en grupo con una jerarquía y trabajan en equipo. Parte de ese carácter que tienen de naturaleza lo hemos seguido fomentando nosotros, socializando a los perros con los humanos.
Los gatos sin embargo son animales independientes, solitarios. Empezando por el hecho de que son animales nocturnos. Son activos cuando otras especies dormimos, lo cual impregna más su carácter solitario e independiente.

Cuando un perro ve a un gato por primera vez su reacción suele ser así:
El perro ve al gato, y se acerca a él moviendo la cola, curioso, contento. Es una nueva especie que no conoce. Por el otro lado el gato, al ver acercarse a un animal como el perro, moviendo el rabo, probablemente salga corriendo o devuelva ese saludo probablemente amistoso con un arañazo o un bufido.


Tanto la huida, como el bufido, van a desencadenar que el perro quiera o bien correr tras el felino, o bien ladrarle. 
Ésto no significa ni mucho menos que los gatos sean malos. 
Son distintas interpretaciones de los gestos.


Un perro mueve el rabo cuando está contento. Los gatos mueven el rabo cuando están nerviosos, en estado de alerta. Para un gato, que un perro se acerque moviendo el rabo, no significa otra cosa si no que ese animal está en estado de alerta, acerándose a él. 
Otro motivo por el cual parece que ambas especies no puedan entablar amistad es su instinto de supervivencia. Ambos son depredadores por naturaleza. La impronta genética de los carnívoros les indica que deben perseguir a la presa para subsistir. No obstante, hay muchos perros que pierden este instinto cuando son domesticados y viven con el hombre. En los gatos es más difícil de erradicar este instinto nato.

A pesar de lo que muchos creen, aunque un perro pueda ser más fuerte que un gato, los gatos son mucho más rápidos que cualquier perro.

Este tipo de malentendidos son los que a lo largo de los años han convertido a los perros y a los gatos en 'enemigos'. Haciendo parecer a los gatos como animales hostiles y a los perros como grandes cazadores.


La incomprensión recíproca puede ser el motor de sus relaciones, pero la domesticación ha cambiado esto y acostumbrarles a la presencia el uno del otro puede dar grandes resultados. 


Esto ocurre con todo tipo de especies: perros, gatos, roedores, pájaros...




Nosotros también tenemos distintas costumbres entre razas, sexos y culturas. No por ello somos enemigos, o al menos, no deberíamos serlo.


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