...Noches en vela...
Hoy empezamos la semana y el mes, tras un largo fin de semana de guardia en casa.
Psico, como buen labrador cumple con todas las patologías que puede tener su raza, y cada año me demuestra que nada es imposible... El jueves de la semana pasada decidió merendar una buena cantidad de un pienso que llegó abierto del almacén... 'Ya que está abierto, vamos a probar si está bueno o hay que devolverlo'... debió de pensar...
A las once de la noche estábamos en Urgencias, haciendo una radiografía para comprobar que, efectivamente, nuestro pequeño glotón, había comido más de la cuenta...
Tras un viernes en casa, con suero e inmovilizado y un sábado hambriento y aburrido.. Psico se ha recuperado perfectamente de su pequeño empacho.
Cada vez que le pasa algo a Psico, que no son pocas las veces, intento mantener la cabeza fría y pensar en él cómo un paciente más. La mayor parte de las veces lo consigo, no obstante, al minuto tengo la necesidad de comprobar con mis compañer@s de universidad, oficio y de faenas que estoy haciendo lo correcto.
No deja de ser un perro, un paciente más. Pero mi propia hermana, que intenta no ligarse tanto a los animales para no humanizarlos y no sufrir tanto con y por ellos, cuando vio que mi perro estaba enfermo, reconoció que: 'realmente es como si tu hijo o tu hermano estuviese hospitalizado en la UCI...'
Dormí a su lado, estuve todo el día a su lado... si, era como cuando yo estaba enferma y mi madre estaba pendiente de mi las 24 horas del día (que ocurre aún a día de hoy cuando estoy enferma).
Con esto, sólo quiero decir, aparte de Gracias a todos los que aguantaron mis preguntas y lamentos durante las peores horas, que a veces los animales son mucho más que nuestros compañeros, que nuestras mascotas o nuestros pacientes.
Y sobretodo, intentad no poneros nerviosos si es vuestro animal el que está enfermo, porque ellos lo notan.
Esta entrada va por Psico, y por todos los sustos que me da, que creo que hacen que cada día le quiera aún más. Por mi hermana, que estuvo esperando horas en recepción mientras ayudábamos a Psico a mejorarse. Y por las compañeras que están ahí hasta las dos de la mañana, para decirme que hago lo correcto o que me equivoco y que me acueste ya de una vez.
Psico, como buen labrador cumple con todas las patologías que puede tener su raza, y cada año me demuestra que nada es imposible... El jueves de la semana pasada decidió merendar una buena cantidad de un pienso que llegó abierto del almacén... 'Ya que está abierto, vamos a probar si está bueno o hay que devolverlo'... debió de pensar...
A las once de la noche estábamos en Urgencias, haciendo una radiografía para comprobar que, efectivamente, nuestro pequeño glotón, había comido más de la cuenta...
Tras un viernes en casa, con suero e inmovilizado y un sábado hambriento y aburrido.. Psico se ha recuperado perfectamente de su pequeño empacho.
Cada vez que le pasa algo a Psico, que no son pocas las veces, intento mantener la cabeza fría y pensar en él cómo un paciente más. La mayor parte de las veces lo consigo, no obstante, al minuto tengo la necesidad de comprobar con mis compañer@s de universidad, oficio y de faenas que estoy haciendo lo correcto.
No deja de ser un perro, un paciente más. Pero mi propia hermana, que intenta no ligarse tanto a los animales para no humanizarlos y no sufrir tanto con y por ellos, cuando vio que mi perro estaba enfermo, reconoció que: 'realmente es como si tu hijo o tu hermano estuviese hospitalizado en la UCI...'
Dormí a su lado, estuve todo el día a su lado... si, era como cuando yo estaba enferma y mi madre estaba pendiente de mi las 24 horas del día (que ocurre aún a día de hoy cuando estoy enferma).
Con esto, sólo quiero decir, aparte de Gracias a todos los que aguantaron mis preguntas y lamentos durante las peores horas, que a veces los animales son mucho más que nuestros compañeros, que nuestras mascotas o nuestros pacientes.
Y sobretodo, intentad no poneros nerviosos si es vuestro animal el que está enfermo, porque ellos lo notan.
Esta entrada va por Psico, y por todos los sustos que me da, que creo que hacen que cada día le quiera aún más. Por mi hermana, que estuvo esperando horas en recepción mientras ayudábamos a Psico a mejorarse. Y por las compañeras que están ahí hasta las dos de la mañana, para decirme que hago lo correcto o que me equivoco y que me acueste ya de una vez.
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